Interview with Ramón Zallo

Ramón Zallo:

“En Busturialdea no cabe un plan económico de apaño”
“El Guggenheim afecta a una Zona Núcleo de la Reserva”

Guggenheim Urdaibai STOP

Gernikarra de nacimiento, Ramón Zallo Elguezabal es una de las voces con más crédito y autoridad para hablar de Busturialdea. Licenciado en Derecho y en Economía y doctor en Ciencias de la Información atesora un vasto conocimiento de esta comarca plasmado en numerosas publicaciones. La última, ”Un desarrollo económico y ecosocial para Busturialdea-Urdaibai. Documento de trabajo para un plan de choque y un plan estratégico (2024-2034)”, de la mano de Gernika Gogoratuz, con quien colabora asiduamente. Sobre esta sugerente propuesta comenzamos una charla que se adentra por numerosas sendas.

Ya habías frecuentado antes este tema, pero haber nacido en Gernika ¿hasta qué punto te ha llevado a este trabajo? ¿Lo consideras una aportación vinculada a tus señas de identidad o tiene otros componentes?

Siempre me han interesado los temas que afectan a mi pueblo y, por extensión, a Busturialdea. De hecho, he mantenido cuadrilla y relación toda mi vida con Gernika, aunque haya vivido sobre todo en Bilbao, Gipuzkoa y Mungialdea. Ahora que, con la jubilación, he “vuelto a casa” –y ya llevo 6 años-, me he volcado, entre otras cosas, en conocer todo lo relativo a Busturialdea –incluido patearla- y constatar su abandono institucional.

La pandemia fue la oportunidad para profundizar en unos borradores de análisis que había hecho para el proyecto “Territorios en conflicto” de Gernika Gogoratuz. Me valí de una inmersión estadística en profundidad, desde la documentación en red y biblioteca, para alcanzar un diagnóstico. Fruto de ello fueron tres libros: “El declive económico de de Busturialdea Urdaibai: dilemas y propuestas” (2020) (286 pgs,); o, junto a Xabier Arana y Rosa de la Asunción, “Visión integral de la comarca de Busturialdea- Urdaibai (2021) (160pgs); y, finalmente, el que tú mencionas.

¿De dónde te vienen los mimbres para esos trabajos sobre Busturialdea?

Por un lado, mi formación es de economista y de jurista. A excepción de la etapa que trabajé como analista de coyuntura económica en Caja Laboral, en Arrasate en 1974, me especialicé después en economía de la cultura y la comunicación, y en lo relativo al Derecho, abundé en el análisis y propuestas en leyes relativas a comunicación y a la cultura tanto del Estado y de América Latina (Ley General de Comunicación audiovisual, políticas comunicativas en América …) como de las normativas vascas (estructura normativa de la comunicación audiovisual, EITB, decretos de FM, TV local, política cultural, Plan Vasco de Cultura..). También he seguido los procesos políticos estatutarios.

¿Tu pasión es la política?

Más que la política, mi gran pasión ha sido el “cambio” social, cultural y político, por lo que desde los 16 años -en pleno franquismo- he sido militante (comprometido y represaliado) de causas que nunca doy por perdidas. Es por lo que también ejerzo desde los primeros años 90 de analista político crítico.

Suma el afán de conocer y las ganas de cambiar todo lo malo que veo a mi alrededor, y entenderás por qué creo que hay que darle un revolcón a la economía comarcal y a su gestión, y por qué no hay que hacer proyectos equivocados. También, hay otro factor añadido. Como estudioso de la cultura en general y vasca en particular, y de la política cultural, ya intervine en los debates sobre el Guggenheim Bilbao, entre 1991 a 1995, y con posterioridad, también en el caso de Guggenheim Sukarrieta (2006 a 2009). Es así un tema al que acompaño en los últimos 30 años –se dice pronto- de forma episódica. Era inevitable que el nuevo proyecto para Busturialdea en Murueta y Gernika me sacudiera hasta decantarme por la siguiente posición: “Guggenheim Urdaibai: no, salvo cambio drástico de guión” (Viento Sur, 27-9-2023).

¿Por qué y para qué todos estos trabajos?

De hecho, he trabajado dos temáticas distintas –Guggenheim-Urdaibai (GGU) y Economía de Busturialdea-. Primero, fue el tema del GGU y, después, el de la economía de la comarca. Y con posterioridad crucé ambos temas. Aunque necesario y legítimo, me resultaba insatisfactorio señalar solo lo que no se debía hacer, tanto respecto al GGU como sobre la economía comarcal, y no señalar después, en positivo, lo que se debía y podía hacer, al menos de un cierto modo. Para ello había que partir de los males y de los activos de la comarca –le he dedicado cinco años- para luego proponer respuestas.

Como mi confianza en que me escuchen las instituciones es escasa, y no me conformo con el “yo ya he cumplido” haciendo análisis, mi background político me enviaba señales de que la sociedad civil debía y podía interesarse por un tema así, para tejer una alternativa compartida. Gernika Gogoratuz también lo vió y puso en marcha su red de contactos. El siguiente paso fue socializar lo aprendido y debatirlo con agentes sociales, políticos y empresariales, a lo largo de dos años, hasta decantar unas tesis y unas propuestas de actuaciones, para que -de aplicarse- la economía comarcal reverdezca y lo haga de forma respetuosa con Urdaibai. Nacieron así dos documentos que se debatieron en unas jornadas (18 y 19 de noviembre pasado) “El futuro de Busturialdea: diálogos estratégicos”, de las que surgieron: “Un plan económico y ecosocial estratégico para Busturialdea- Urdaibai desde la sociedad civil” (14 pgs) y “12 ideas fuerza para una planificación” (3 pgs) (Gernika Gogoratuz, noviembre 2024, https://www.gernikagogoratuz.org/). Está pendiente una Carta Ecológica de la que hay un borrador.

Hoy son patrimonio discutido y asumido por una parte de la sociedad civil. Contiene un programa de intervención -y no solo una opinión particular- y una aportación adelantada a las reuniones convocadas por las instituciones para un “Plan Económico Comarcal”, que ni siquiera se hubiera iniciado sin la presión y propuestas que hemos hecho desde la sociedad civil tanto respecto al GGU como respecto a la economía.

Llama la atención que haya sido una persona, tú, con el estimable apoyo de Gernika Gogoratuz, los que hayáis implementado libros y un documento de trabajo colectivo. ¿Hay precedentes?

Los hay, aunque desde equipos de trabajo más amplios. El Programa de Armonización y Desarrollo de las Actividades Socioeconómicas (PADAS) (1998), así como la “Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai” (2009) del Departamento de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del EJ-GV tenían un diagnóstico y propuestas, aunque más orientadas al campo ecológico.

El primero se quedó muy a medias, y el segundo ni se puso en marcha porque el Gobierno López, de aquel mismo año, lo desechó. Desde entonces esto ha sido un erial hasta esta década. Solo una decena de empresas han tirado del carro (Maier, Egoin, conserveras…). La consultora B+I, elaboró por encargo de Diputación en 2020 un “Plan Ejecutivo de Desarrollo Económico de Busturialdea- Urdaibai”, pero ni siquiera se publicó ni ejecutó. De todos modos. como fruto de los debates internos en la época surgió la iniciativa U-BAI promovida por las empresas más potentes de la zona, siendo su programa estrella U-BAI Faktoria para generar start ups innovadoras en los ámbitos de especialización de esas empresas.

Cuando denominas a Urdaibai-Busturialdea como una “zona de sacrificio económico”, ¿qué quieres expresar?

La declaración de Reserva de la Biosfera de Urdaibai (RBU) en 1984 y su regulación en 1989, sirvió, por un lado, para preservar una amplia zona natural de intervenciones indeseadas; pero, por otro lado, también fue la excusa para considerarla, en la práctica, “zona de sacrificio económico”, o sea, de descuido de inversión pública.

El declive industrial del eskualde no se debe a las restricciones derivadas de acoger a una Reserva de la Biosfera —que afecta obviamente a suelos, construcción, actividades económicas y a la acción humana—, sino a que esas restricciones no se han querido convertir en oportunidad, ni a la RBU en un activo. Problemas como la escasez de agua, los accesos incómodos, los proyectos aplazados (como, por el momento, el parque industrial comarcal), la invasión del eucalipto… no han sido ocasionados por la declaración de la RBU. Es más, ocurren a pesar de esa declaración, y cabe pensar en el desastre general añadido que se habría vivido -tras el desplome del modelo industrial de los años 70- si no se hubiera implantado la RBU con sus inversiones, de conservación, al menos.

Hay quien pone en duda los conceptos de “economía en declive” o “zona de sacrificio económico” para la comarca.

El concepto de “en declive” es de ciencia económica, y vale, con datos, 100% para Busturialdea. O sea, no es una opinión sino un concepto establecido, hasta el punto de que las propias instituciones, al final, lo han tenido que asumir y, por eso, proponen a la comarca como la 6ª Zona de Atención Prioritaria, junto a otras cinco también “en declive” que ya tienen programa económico especial. ¿Vamos a ir en diagnósticos y medidas por detrás de las instituciones? Si se quiere decir que, además, tiene suelos y acuíferos contaminados y bosques sucios, que la calidad del aire es buena, su nivel comunitario estupendo, que hay calidad de vida…. y que hay que tener en cuenta todos los parámetros, así es. Y en nuestras propuestas todo eso se añade. Pero sigue siendo una zona “en declive” industrial y económico (agricultura, bajura, construcción y pequeño comercio en desaparición acelerada) “lo diga Agamenón o su porquero”.

En cambio, el concepto de “zona de sacrificio económico” nació como réplica a la supuesta “zona de sacrificio ecológico” que algunos expertos empezaron a utilizar para referirse a Urdaibai, cosa –para mí- inaplicable porque está protegida –bien o mal – por una Declaración de Reserva, nada menos. Una zona de sacrificio económico puede ser por exceso de explotación de recursos y personas; o, también, y es nuestro caso, por abandono, destinada a languidecer, al no generar recursos suficientes para las personas que lo habitan. De ahí el exceso de caravanas mañaneras. Un problema central. No es la única comarca, obviamente, dejada de la mano de dios durante 40 años, sin dignas infraestructuras de acceso, sin atraer capitales ni nuevos proyectos, dejando caer agricultura e industria, sin suelo industrial… y aventando solo el espejismo turístico. Pero sí es la única en la que, las restricciones inherentes a la RBU han servido de coartada para ese abandono. Me parece un concepto pertinente y no oculta las responsabilidades institucionales. Al revés, las resalta.

Quizás lo que se está poniendo en duda es la necesidad de una intervención económica especial y en profundidad. La Diputación firmaría eso. Una mirada solo ecológica, sin el revolcón económico que la comarca también necesita frente al deterioro en curso, es un mal planteamiento. No hay que contraponer las miradas económica, social y ecológica, puesto que no hay sostenibilidad que valga, sin economía que la soporte ni sociedad que las disfrute. Debemos dirigir las baterías contra las estrategias económicas y ecológicas equivocadas de las instituciones, y responderlas con propuestas en positivo en economía, ecología y sociedad.

¿Quién tiene, entonces, la responsabilidad del declive económico de la comarca?

El declive no ha sido culpa de la RBU sino de los inversores públicos y privados. Las instituciones descuidaron los accesos por carretera desde Autzagane y Sollube, no apostaron por atraer empresas a esta zona tan mal comunicada y nada competitiva para arraigar nuevos negocios, y no tenían en mente otra cosa que un futuro turístico, a pesar de que Busturialdea, desde los años 20 del siglo pasado, era una comarca de equilibrio entre los sectores primario, secundario y terciario, con un peso industrial superior porcentualmente a la media de Bizkaia. Las ayudas al emprendizaje, el autoempleo y los viveros de empresas, son herramientas de revitalización, pero insuficientes, para una comarca en declive.

La política económica de abandono no se palió con los recientes elkartegis de Gernika-Lumo y Arratzu. Están semivacíos y, por su concepción, no son elementos tractores para la promoción de actividades económicas robustas.

En cuanto al capital privado, ha habido de tres tipos: uno que ya se marchó en los años 80 y solo conserva terrenos e inmuebles, sin inversiones productivas -los Sarricolea, por ejemplo- y que en aquellos años sufrieron ataques y amenazas de ETA; otro capital, muy valioso, que se conjuró para no moverse de la comarca –Maier, conserveras, madereras, alguna metalurgia-; y otro capital local que se tuvo que marchar, porque no se puso a su disposición suelo industrial -por dejadez institucional – y se fueron a Boroa, Asúa o a Araba. Todo ello exige una compensación económica inversora como deuda histórica colectiva.

La declaración hace 40 años de Reserva de la Biosfera de Urdaibai ¿en qué ha perjudicado en todo caso a la comarca y en que la ha beneficiado? ¿Y el saldo resultante?

Desde la declaración de RBU la comarca ya no ha sido “zona de sacrificio ecológico”. Antes de eso, sí. La industrialización desde 1920 fue letal para la cuenca. Hoy, y desde la RBU, existen las herramientas legales para preservarla. Sin esas herramientas, la comarca habría sido un reguero continuado de construcciones privadas que hubieran malogrado toda la cuenca, las marismas y el estuario, con intervenciones incompatibles con el espacio natural. En la actualidad, en caso de construirse el GGU en Murueta, llevaría aparejado dos impactos: uno bueno y otro malo sobre una Zona Núcleo.

El bueno es que –ya se construya o no el museo en Astilleros – ha traído el acuerdo colectivo de una necesaria recuperación de 20 hectáreas anexas a Punta Murueta con la consiguiente inversión comprometida, ya sea a cargo de MITECO o a cargo de las instituciones vascas. En todo caso se tenía que haber hecho hace años sin necesidad de que venga pegado a un proyecto como el Guggenheim. O sea, que no es mérito suyo, aunque si da la oportunidad tras la desidia.

El malo es que, en lugar de recuperar como marisma la zona ocupada hoy por el astillero entre la vía férrea y la Ria, se reutilizaría para un edificio museístico, rompiendo la continuidad de la marisma y del dominio público marítimo terrestre y afectando a muchos metros cuadrados. En concreto ocuparía “el 25% de los 42.384 m2 de suelos industriales que se descontaminarán”, o sea más de una hectárea, a la que hay que sumar las hectáreas de servicio. Se comprometería esa zona vulnerando la ley de la RBU y, además, se hurtaría al uso solo vecinal el acceso a lo largo de 6 kilómetros. desde Gernika por el corte de la Ría, para dejarlo en manos del mercado turístico. Todo ello es una desposesión tanto ecológica –de nuevo volveríamos a un sacrificio ecológico, como en la industrialización, aunque esta vez parcial- afectando a un bien comunitario que tiene un razonable uso vecinal.

Para situarnos mejor, ¿de qué tamaños de afectación estamos hablando? ¿Qué restricciones impone una Reserva?

En la actualidad de las 27.878 hectáreas de Busturialdea, 22.000 -3⁄4 partes- son Reserva de la Biosfera. De aquel total, 20.877 son bosques y espacios naturales, 558 ríos y humedales, 5.773 suelo agrario, y solo 650 son suelo urbanizado, directamente apto a usos residenciales, industriales o de servicios (2,3%), aparte de la intensa explotación forestal y una limitada agricultura en franco deterioro.

No es lícito, en ningún caso, afectar a sus zonas núcleo (estuario, costa, encinares cantábricos y yacimientos arqueológicos) que acogen los ecosistemas singulares y más frágiles de Urdaibai y tienen carácter prioritario, siendo calificadas en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) como Áreas de Especial Protección. Es la única Reserva de la Biosfera de la Comunidad Autónoma Vasca. La mayor parte del territorio está así sujeta a restricciones urbanísticas derivadas del cuidado de una Reserva y a cargo de instituciones y ciudadanía de toda la cuenca en beneficio del planeta y Euskal Herria. Eso tiene tres conclusiones: no cabe una excepción tan flagrante; aun menos que la imponga el guarda; y por qué no lo ha planteado solo fuera de la marisma.

Hay una conciencia colectiva partidaria de revertir la situación”

¿Son compatibles una Reserva de la Biosfera y una economía sostenible?

Hay que recordar tres cosas. En primer lugar, a diferencia de un Parque Natural, una Reserva de la Biosfera está pensada para armonizar la conservación de la diversidad biológica –que tiene prioridad absoluta- con el desarrollo económico y social de las personas que la habitan. O sea, se necesitan entre sí y hay que buscar salidas sostenibles de vida colectiva, pero, eso sí, en las zonas de no afectación al ecosistema. Pero resulta que el GGU sí afecta a una Zona Núcleo.

En segundo lugar, el primer objetivo general estructural del Plan Rector de Uso y Gestión de la RBU (art. 1.3.1.) es: “Promover un modelo de gestión sostenible basado en la participación, la cooperación y el consenso entre todas las administraciones, entidades y asociaciones del ámbito de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai consolidando un modelo de Gobernanza y fomentar los espacios de participación y diálogo entre las Administraciones gestoras de Urdaibai y el conjunto de la sociedad”. O sea, es ineludible contrastar y acordar. Y, sin embargo, la filosofía del GG es que – si no hay obstáculos legales o judiciales– se hará, de todas todas, aunque no haya acuerdo social. Y eso no es admisible.

En tercer lugar, cuadrar Reserva y Economía, invita a una política compensatoria económica y ecosocial de un determinado tipo, que revierta el hecho de que la gente joven deba trabajar fuera de la comarca en un porcentaje superior a lo que ocurre en otras zonas. No es una comarca de oportunidades, y es cada vez más residencial, aunque tampoco sea una comarca dormitorio porque, felizmente, tiene mucha vida social y cultural. Por ello, no cabe un plan económico de cifras bajas, de apaño, sin encarar un cambio global de modelo económico, con base en la industria tanto la existente como de nuevo tipo y adaptada a la descarbonización.

¿Cuál es el diagnóstico? ¿Estamos hablando de un enfermo crónico, terminal, grave?

Grave y crónico, aunque estoy convencido de que mejorará. Sus potencialidades están en sus recursos humanos, la tradición polivalente en el sector primario, industrial y comercial, la belleza natural, la Reserva, los nuevos modelos económicos en el mundo en la era de la descarbonización, el nivel y tradición cultural, el carácter emblemático de la comarca y la conciencia colectiva partidaria de revertir la situación.

Pero tiene problemas estructurales serios: un declive industrial profundo – es la 6ª de las 7 comarcas de Bizkaia en PIB p-c.y empleo-; con ruptura del equilibrio intersectorial y sin industria de sustitución; con ausencia de nuevos capitales comprometidos; con declive del sector primario (agro y una pesca de bajura en mínimos y trance de desaparición) y exceso de bosque de eucalipto y pino; con déficits de infraestructuras, comunicaciones, vivienda joven, suelos industriales y agua; con un estado frágil de la Reserva y del río Oka por efecto de la industrialización anterior (depredadora); con desequilibrios internos territoriales (renta, transporte y colectores en Margen derecha) y, sobre todo, sociales, especialmente migrantes. A ello hay que añadir la desidia política, la falta de liderazgo y que no se abogue por otro modelo de futuro que el turismo, que hasta el presente no ha sido nada remunerador.

A resultas de tu diagnóstico, planteas “un modelo deseable para la comarca”. ¿Un sueño utópico, tal vez, o es algo que se podría conseguir sin forzar demasiado las costuras del actual sistema económico?

Por fuerza vivimos en un sistema capitalista y no es probable que, en muchos años, vayamos a vivir en otro sistema. El vigente tiene disparadas todas sus balas en la mala dirección: a costa de la naturaleza, la gente, el futuro, el clima, la democracia, en beneficio de pocos y en perjuicio de las inmensas mayorías, controlado por pocas empresas gigantescas y transnacionales y unos pocos estados imperiales. Vamos en muy mala dirección. El sistema es incompatible con sostenibilidad, paz, solidaridad, participación o cooperación. Pero a nosotros nos toca actuar y contrapesar desde el empoderamiento en lo local y fraguar alianzas en lo global, siquiera para frenar las derivas más indeseadas y crear espacios de libertad y justicia.

La visión del modelo socio-económico y ecológico de comarca que proponemos es que sea sostenible y de cuidado de la vida; conectada, productora multisectorial y competente; innovadora y creativa; equilibrada; equitativa; solidaria, culta y euskaldun. Sería largo de explicar -y ya lo hemos concretado en los documentos-, pero los enunciados ya reflejan nuestra carta de intenciones.

Recientemente, Gobierno Vasco y Diputación se han puesto manos a la obra con la elaboración de un Plan Estratégico para la Reactivación de Busturialdea-Udaibai. ¿Cómo lo valoras?

Que vaya a haber un Plan Estratégico de Busturialdea es un logro que genera expectativas. Pero, de partida, su elaboración no nace de la iniciativa institucional sino forzada por varios factores: las instituciones quieren encarar el fuerte clamor popular anti Guggenheim Urdaibai con, al menos, un plan debajo del brazo que lo complemente y legitime; una parte de sociedad civil ha hecho una reclamación constante para que se elabore un Plan en base a un diagnóstico y unas medidas estratégicas que atajen el declive de la comarca; una parte del empresariado (U-Bai, Acurio) también lo reivindica; y las preocupaciones electorales de un PNV en caída continua le urgen a moverse.

Para ese Plan Estratégico para la Reactivación de Busturialdea-Udaibai, se ha invitado a participar a agentes sociales y económicos de la comarca y sabemos que tú has participado en el mismo. ¿Qué opinión te merece en cuanto a modelo participativo, es un modelo deseable?

El proceso participativo en el Foro de Participación del 11/12 de diciembre por el momento ha sido penoso, con filtros en cascada: poca receptividad para explicar nuestras ideas (la Consejería de Economía de GV-EJ no nos recibió); alguna ocultación de alguna información estratégica (Diputación); un diagnóstico muy flojo de Bmasi que no se presentó modificado tras enmendarlo ni se discutió en el pleno del Foro; grupos de trabajo sin documento previo temático para la discusión con lo que los asistentes se han visto forzados a realizar la enésima carta al Olentzero en forma de mero listado insulso y sin jerarquías de necesidades ya sabidas; grupos de trabajo con exceso de representación funcionarial; presentación en pleno de un mero listado eliminando temas discutidos en los grupos de trabajo, con lo que cabe hablar de censura en temas relevantes como, por ejemplo, no aceptar que la inundabilidad debe ser el 8º Reto central para la comarca –a añadir a los siete detectados- o no entender la necesidad de sacar de ese Plan las infraestructuras pendientes, para que -si solo hay 100 millones para dicho plan como se filtró- se ejecute aparte y de forma prioritaria, para que esos 100 millones no se agoten en asfalto y cemento.

En esto de la participación puede haber dos actitudes bien distintas. Una es ¿cómo extraigo lo mejor del saber de todos los agentes comarcales para que salga un buen proyecto? La opuesta es ¿cómo cubro el expediente de la participación, que socialmente me legitimará, mientras sorteo a esos agentes que son vistos como adversarios? Nada que ver lo uno con lo otro y, no obstante, es la misma palabra: “participación”. Visto lo visto, cabe desconfiar mucho de lo que vaya a salir de este proceso. Ciertamente, algo se logrará, pero seguramente tendrá un sabor más agrio que dulce, y quedará lejos de lo necesario y posible. Por nuestra parte, seguiremos en la Mesa para que no puedan decir que no “participamos”.

¿Has citado la inundabilidad, pareciera pertinente tener en cuenta visto lo visto con la dana de Valencia, no?

Para URA (Gobierno Vasco) en Estudio Ambiental Estratégico (Anexo 2), el Área con Potencial Riesgo Significativo de Inundación (ARPSI) de Gernika, “es una de las ARPSIs con más riesgo por inundación de la CAPV” (pag. 55). Es una de las que más impactaría en zona urbana por avenidas. Prevé en el Plan de Gestión de Riesgo de Inundación (PGRI) Primer Ciclo, unas pocas actuaciones entre 2022 y 2027: eliminar el azud (minipresa) de Urbieta, demoler el puente de Zubialde (frente a Dalia) –aunque en el mismo informe se menciona “sustitución de dos puentes” para hacerlos con arco-, un punto de ensanchamiento, algunos drenajes y hasta tres localizados muretes longitudinales de borde o lateral en Rentería y aguas arriba. No sé si da suficiente tranquilidad. Habría que revisarlo, visto lo de Valencia y, sobre todo, darse prisa en ejecutarlo. Ya estamos en 2025. Que nunca se pueda decir que no se hizo todo lo que se podía, a tiempo. Por eso lo planteamos como el 8º reto, que debería ser el 1º.

La Fundación Guggenheim no es Mr. Marshall”

¿Qué proyectos tractores te parecen imprescindibles?

Resumiendo, se necesita un plan de cambio del modelo productivo. Con equilibrio intersectorial y nuevos sectores industriales compatibles e innovadores; con regeneración del sector primario de proximidad, con la centralidad de un polo de investigación en energía, medio ambiente, de ajuste de infraestructuras -con 40 años de retraso-; con restauración de los ecosistemas; y con un plan ecosocial. Nosotros proponemos 26 proyectos tractores en cuatro áreas: Infraestrurura, Ecología, Modelo Económico y Acción Social (ver Anexo).

Ha llamado mucho la atención que el debate sobre el Guggenheim Urdaibai haya quedado aparcado de este Foro y no se haya podido ni siquiera poner encima de la mesa lo que, a juicio de los máximos dirigentes de este país, el lehendakari Imanol Pradales y la propia diputada general Elixabete Etxanobe, han calificado como “proyecto estratégico de nación”. ¿Qué ocurre, que ésto no merece ser debatido y se va a hacer, tal y como se dijo en un principio, “Sí o Sí”?

Técnicamente en el Foro, se separó el tema del GGU del proceso del Plan Estratégico de Busturialdea. Esto tenía una ventaja: evita que, en lugar de hablar del Plan, se polarizara todo en torno al conflictivo proyecto de Museo. Sin embargo, también, tenía un grave inconveniente. Si es posible abrir un proceso participativo para el Plan, ¿por qué no para el Guggenheim Urdaibai? ¿O acaso es de designio de las élites, del “Sí o Sí”, salvo gran rebelión social? Se va en esa dirección, en lugar de abrir otro proceso participativo. Lo que cuadraba es que hubiera habido otro Foro, paralelo, para debatir sobre el proyecto estrella: el GGU. No ha sido el caso. Por algo será.

Lo cierto es que la Fundación Guggenheim no es Mr. Marshall. Aún no sabemos qué trae. Al revés, quiere gestionar nuestro capital natural y público, viene a por su parte. Sus valedores, las instituciones, quieren regalársela sin tener derecho a ello y sin saber la contraprestación. No es un intercambio ceremonial sino desigual. Una promesa a cambio del patrimonio natural que pasa al mercado, de nuestra dignidad de cuidadores y de la ley. Esa intervención mercantilista no iría en beneficio del ecosistema, sino que lo pone en riesgo. Pero también puede tener un coste reputacional inasumible para la Fundación si no hay acuerdo social. De haberlo planteado solo para Gernika el debate habría sido otro: sobre inconveniencias y oportunidades.

Además, no hay proyecto artístico escrito por la parte de Guggenheim Nueva York que, es sabido, no tiene experiencia en land art. Seguimos hablando del entorno y del continente, sin saber nada de los contenidos, del proyecto artístico. Es una absurda confianza ciega.

El Guggenheim es un proyecto de capital público privatizado con tintes de ocurrencia”

¿Qué referentes teóricos sugerirías a un(a) estudioso (a) para un análisis del caso de un proyecto como el GGU en un entorno natural?

De hacerse, pondría a dialogar la “teoría de la desposesión” de David Harvey -tanto natural como incluyendo el impacto cultural en una cultura minoritaria-; la teoría del extractivismo natural (Eduardo Gudynas y otros) con generación de una economía de enclave (“cercado” de una parte de la marisma, al que se sumaría un turismo de pago); la teoría de los servicios ecosistémicos de las infraestructuras verdes (Unesco, Miren Onaindia); la teoría de los bienes públicos en sus distintas versiones, como la asignación más eficiente de Richard Musgrave o las fallas de mercado sobre bienes no excluyentes y no rivales en Paul Samuelson, o las aportaciones de Tiebout u Oates o las de Andrés Bello sobre bienes puros de propiedad pública y usufructo general; o la teoría de los bienes comunes (Elinor Olstron) con instituciones sociales y prácticas comunales para el largo plazo.

Hay otro elemento que resulta chocante. Fuiste el coordinador en 2004 del Plan Vasco de la Cultura en el Gobierno del lehendakari Ibarretxe, un plan en el que participaron muchas personas del mundo de la cultura. ¿Qué reflexión te merece esto?

No es un proyecto cultural porque de haberlo pretendido, hay otras prioridades, por ejemplo, un Museo de la Historia y de la Sociedad Vasca, un Museo de la Industria o un Museo de la Innovación.

Este es un proyecto de capital público privatizado, con expectativa económica -no contrastada y seguramente infundada-, orientada al turismo como supuesta vocación comarcal y con tintes de ocurrencia y de compromiso entre élites, que adopta la forma de imposición. Lo tiene todo para que no nos posicionemos a favor: modelo económico equivocado para la comarca; expectativa infundada sin contraste; impacto ambiental nada menos que en una Reserva; y autoritarismo.

¿Hasta qué punto, y solo desde una visión cultural, establecer un nuevo Museo Guggenheim (además, con dos sedes) en Urdaibai beneficia o perjudica a la cultura de este país?

Por de pronto, absorbe una gran inversión pública que podía haber ido a la creatividad, a nuestra creación y a promoverla, en lugar de a edificios y equipamientos. Esa apuesta significa dar de lado a nuestra cultura poliédrica vasca. En lugar de especializarnos en cultura propia -porque nadie más lo va a hacer y para defenderla en un mundo global- invertimos en un proyecto ajeno del que esperamos réditos colaterales. Francamente, me parece una apuesta a lo saudí o qatarí, solo que a nosotros no nos sobra dinero como a ellos. El mundo global no justifica estas ínfulas. Al contrario, hay que generar contra-tendencias para que lo pequeño -nosotros- no sea engullido y crezca en intercambios, visibilidad, prestigio y cualificación.

Anexo (Propuestas):

En Infraestructuras: renovación del Puerto de Bermeo; la carretera de Autzagane a Muxika; el acceso por Sollube a Bermeo y su puerto; la urbanización del Polígono industrial de Muxika; en ferrocarril nuevos desdoblamientos e intermodalidad; habilitación de suelo industrial para Bermeo y Gernika; plan urgente para minimización de la inundabilidad de Busturialdea

En Ecología: Plan de Restauración Ecológica de la Cuenca del río Oka con sustitución progresiva de especies alóctonas (eucalipto y pino radiata), por especies autóctonas; restauración y blindaje de la red fluvial, protección de cuencas y de áreas de captación, restauración de desarreglos hidrológicos; restauración de marismas y eliminación de plantas invasoras; solución al saneamiento de localidades y barrios de la margen derecha del Oka; contar con un informe periódico de índices de seguimiento de la emisión de gases de efecto invernadero, energía y huella ecológica.

En Modelo Económico: una agencia integral de Desarrollo con capacidad de decisión y refundiendo de partida Ekimenak, Behargintza y Urremendi, con un Observatorio de seguimiento; instalación de un centro tecnológico y/o de investigación con sinergias innovadoras en campos como medio ambiente, energía, bioeconomía o nuevos materiales; apertura de una línea de empresas en economía verde/ transición ecológica o 4.0, capitaneada por algún grupo relevante que se instale en la comarca por ayuda institucional; consolidación de los cluster sectoriales existentes y su industria auxiliar; ampliación de planes de estudio en los EFP de Barrutia y Bermeo, hacia la gestión medioambiental, biodiversidad, TICs, 4.0, y apertura de sección para agricultura y ganadería ecológica y 4.0 ; capacitación de personas sin alta formación; moratoria para la instalación de nuevas grandes superficies, prestigiar el pequeño comercio local, proteger los mercados locales y desincentivar el comercio on line; plan de turismo para el largo plazo; promoción de nuevas cooperativas agrícola- ganaderas de producción ecológica.

En Acción Sociocultural: programa de empoderamiento de las mujeres, con Informe Bienal de la evolución de la igualdad en empleo, renta, violencia machista, reparto de cuidados y ámbitos decisorios; plan de viviendas sociales para jóvenes de la comarca en alquiler, no sin antes una moratoria de nuevas licencias para viviendas turísticas; planificación a escala comarcal de la promoción del euskera en sus actividades y comunicaciones y atención de comercio y hostelería y facilitación de recursos básicos de conocimiento para su personal; promoción de la difusión de la creación cultural en euskera; iniciativas de mutuo conocimiento e integración con colectivos migrantes; residencias públicas y de calidad y soluciones domiciliarias para mayores.

Author: Txema Garcia.

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